La historia de LOL transcurre en un mundo que vive tiempos de guerra. Las superpotencias de la tierra de Valoran se han unido para crear una administración que solucione las disputas a puerta cerrada en una Academia de la guerra con un solo objetivo: librar al mundo de estas batallas y colocarlas sobre unos elegidos que disputarán la Liga de Leyendas. Ahí entra el papel de los jugadores, que tendrán a un invocador bajo su mando quien, des de lo alto del campo de batalla, será el encargado de influir en la lucha del campeón elegido para dar la cara en nuestro nombre. La cooperación con otros campeones para terminar con los enemigos será la clave para la victoria final.
Bajo esta premisa League of Legends da el pistoletazo de salida en esta ‘pretemporada’. Las opciones no son pocas, aunque a partir del inicio de la temporada, en el primer semestre de 2010, algunas estarán bloqueadas. En total hay una lista de 40 campeones para elegir. Cada uno de ellos cuenta con sus habilidades y atributos, por lo que hay mucha variedad a la hora de empezar nuestro propio camino. Variedad que se ve acentuada sobre todo por cómo decidimos mejorar al campeón, desde los ataques que queremos potenciar a los objetos que nos servirán para mejorar su defensa o sus habilidades especiales.
Durante las batallas no sólo se consigue subir de nivel al campeón. También existe la posibilidad de ganar oro que se puede usar para comprar entre un centenar de objetos dirigidos a potenciar el nivel del personaje. El dinero se consigue con la eliminación de enemigos y objetivos en los mapeados y es una pieza clave en la mejora del campeón. Y es que todo, absolutamente todo, queda registrado en League of Legends. De tal manera que nuestros avances en este mundo, los puntos que dediquemos a mejorar según que parámetros y las batallas que ganemos o perdamos quedarán en nuestras estadísticas.
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